A veces el destino necesita un poco de ayuda.
Maitland Menzie se culpa por la muerte de su esposa, y sabe que siempre lo hará. Cinco años después de sostener su cuerpo quebrantado, su culpa lo impulsa a proteger a los más débiles que él. A pesar de la insistencia de su familia y amigos, no puede imaginar amar a otra mujer que no sea Nesta. Eso sólo agravaría sus pecados. Desde luego, no puede enamorarse de una solitaria confundida y desaliñada como Maeve Grant.
Maeve no ha salido de la tierra Grant desde que era pequeña. Plagada de pesadillas y acosada por el dolor de la muerte de su padre Alex un año atrás, ha permitido que su mundo se reduzca al tamaño del castillo Grant. Es lo bastante grande para una mujer como ella y, lo que es más importante, es seguro. El último deseo de su padre en su lecho de muerte era que se casara y formara su propia vida, pero es algo que ella no puede cumplir. No con un hombre como Maitland Menzie, siempre en movimiento al servicio del clan y de la tierra.
Pero el destino tiene otras ideas, y Maitland y Maeve tienen más en común de lo que creen. Sus pasados olvidados podrían ser la clave para salvar la vida de dos preciosos niños. Si tan sólo pudieran recibir el mensaje a tiempo.